sábado, 9 de diciembre de 2017

Doce voces en Marxalenes

Aspecto de la calle Marchalenes a mediados de los 80.

Portada del libro.
Siempre es una alegría volver al barrio. Cuando conduzco por la Avenida Burjassot me como un bocado de la madalena de Proust. Me meto en los doce años, en la adolescencia y regreso a un territorio limítrofe: límite del centro goloso, límite de la marginalidad  y chabolismo y límite de huerta, con antiguas alquerías que han sido reconvertidas ahora en locales sociales y municipales. De hecho, mi colegio había sido una de aquellas masías que tras el abandono de la familia se había reconvertido en centro escolar. Para ir a clase nos cruzábamos con labradores, saltábamos acequias y atravesábamos descampados. No había aceras y llegabas al colegio como podías, bordeando grandes balsas de agua y barro. Mi barrio es el de Manolito. Soy un calco malo de Elvira Lindo quien describe su Carabanchel desgarbado en el que creció y se hizo adulta. 
Cuando por circunstancias familiares seguí estudiando en un colegio de élite y me preguntaban por Marxalenes, me miraban con una mezcla de desconocimiento y pánico. Aquello estaba bien lejos de la cuadrícula perfecta del Ensanche. Acabó por expulsarme de allí la escalada enloquecida de los precios y la carrera descontrolada de un urbanismo que arrasaba cultivos, ordenaba el arrabal y uniformaba los descampados para que todo estuviera bien ordenadito. Ahora, me encanta reconocer comercios que perduran a pesar de los pesares. Me gusta cruzarme con los vecinos y
El acto se desarrolló en la sede de la Asociación
seguir viendo allí mi raíz. Pero volver para presentar un libro es espectacular; es una maravilla.
Doce voces frente a la violencia contra la mujer” es una publicación coral muy pequeña, editada por la Asociación de Mujeres de Marxalenes, hecha con otras once mujeres para escribir un libro que es una muesca diminuta, liliputiense, pero presente y orgullosa para luchar contra este espanto. Es también especial porque la mayoría de los relatos está hecho a partir de un Taller de Escritura, y porque muchos de los cuentos son autobiográficos: hay dolor, hay malos tratos, hay incomprensión pero también superación, esperanza y vergüenza ajena, que no propia. Todavía no entiendo muy bien por qué fue escogido porque creo que “El único de su clase” no acaba de encajar en la filosofía pero le agradezco a Ginés Vera,  promotor de esta publicación, el
incluirlo. Gracias a las mujeres que levantaron la mano en el acto de presentación, orgullosas de decir “yo soy superviviente”.


El barrio se mueve y está vivo.
-La Asociación de Mujeres de Marxalenes está en la Avenida Portugal 57 de Valencia. Tel: 962 059371