jueves, 12 de septiembre de 2013

La disciplina de la imaginación

Cortesía Antonio Muñoz Molina.
Me he pasado buena parte del verano buscando recursos para enseñar literatura. Y durante este periplo, a la cabeza me venía constantemente una de las máximas del periodismo: tan malo es no tener información como el exceso de la misma porque en este caso se produce irremediablemente el  “black out”, el fundido en negro; en el que el receptor deja de prestar atención porque se encuentra saturado por el aluvión de datos. Justo antes de caer noqueada, me encontré de casualidad una frase que me despertó de golpe por su extraordinaria contundencia y sensibilidad:

"La literatura nos enseña a mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance de nuestra mirada. Es una ventana y también un espejo. Quiero decir: es necesaria. Algunos puritanos la consideran un lujo. En todo caso, es un lujo de primera necesidad"


El texto íntegro (demasiado extenso para reproducirlo) se puede encontrar en este enlace: http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2011/10/la-disciplina-de-la-imaginacion/ Si has llegado hasta aquí, por favor, clica y échale un vistazo. Antonio Muñoz Molina escribió este discurso en 1990. En él da un repaso a la tremenda brecha que se ha producido entre cultura y educación que ha conseguido vaciar por igual las aulas y los centros culturales; entiende la literatura como un elemento tan vital para la vida como el aire o los amigos; y la amplía no sólo a la producción de escritores reconocidos, sino al valor que tiene cualquier persona que intente fomentar el valor de la lectura, ya sea un profesor o un padre. Leer es vida, pero no sirve para esconderse de ella, y pone el dedo en la llaga en la imaginación como la esencia de la creación literaria. 
Anima a ser valiente, a salirse de la cuadrícula, a no dejarse asfaltar por la consigna de “convertirse en un hombre de provecho”. Sus palabras me han servido para olvidarme de las figuras retóricas y orientar las clases de otra manera, porque no aguanto y no entiendo cómo algunos profesores puedan decir: “Menudo espanto dar todo el año literatura”. Que salga el sol por Antequera.